¿HABLAS
ESPAÑOL?
Acabo
de llegar de Inglaterra, mientras saco a mi perra, y
me adapto un poco a la ciudad y a esa luz, con esas farolas de color
naranja brillante
que siempre me han parecido tan extrañas, un calote
se acerca y se dirige a mi con la frase “perdona por favor” que
ya de primeras me resulta extraña. No parece reconocerme, pero nos
conocemos. Estuve trabajando hace años durante unos meses en la
tienda de ropa de un amigo, y una tarde se pasó por allí pidiendo
un euro, no se recuerdo si acabe dándole dinero, puede que si, o
simplemente le di conversación, pero se acabo convirtiendo muy a mi
pesar en un habitual de la tienda, se pasaba casi todos los fines de
semana, y nunca sabia muy bien como quitármelo de encima. Nunca tuve
ningún problema con el, pero me ponía nervioso cuando estaba
demasiado rato en la tienda, sobretodo cuando había clientes, o
cuando se ponía a probarse ropa o zapatillas, siempre pensaba que me
iba acabar robando. Al final dejo de venir: se pasó un día que no
estaba yo en la tienda, y el dueño no se como lo hizo o que le dijo,
pero dejó de venir.
Justo
después del “Perdona por favor” lo primero que me pregunta es
“¿Hablas español?”. Debe ser que tengo mas pinta de guiri de lo
que pienso. No se porque exactamente, Puede que sea mi color de piel,
blanquecino después de 4 o 5 meses de invierno británico, en el
cual si te descuidas y tienes un poco de mala suerte con tus días
libres y tienes un horario de trabajo chungo, de 7 a 4 como el mio,
se te pueden pasar semanas sin que prácticamente veas el sol
brillar. No se que otra cosa puede ser, porque mis pintas siguen
siendo las mismas, de hecho que no he comprado nada de ropa en los 3
años que hace que me fui, aparte de alguna camiseta de algún grupo,
y los clásicos gayumbos y calcetines de supervivencia la
frase de todas maneras me produce una mezcla de sorpresa y porque no
decirlo de cierta satisfacción un poco estúpida. Le digo que si,
que hablo español, y lo siguiente que hace es pedirme un euro!. Me
gusta ver que hay algunas cosas por aquí que nunca cambian.
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