El LADO TURBIO DEL MP3

La gente que me conoce un poco sabe que tengo un lado oscuro. El problema es que no saben, ni se imaginan cuan lejos me dejo llevar por la tinieblas. Tranquilos, por supuesto, no es nada realmente peligroso, ni nada que se salga de la seguridad del hombre blanco de clase media. No me refiero a ninguna actividad de riesgo, al menos físico. Y no, no tengo un secreto demasiado escabroso, no os excitéis demasiado, nada de polvo blanco en aseos de suelo pegajoso y mugriento, ni sexo ilícito en oscuras habitaciones traseras. Me refiero a un secreto más o menos a voces: mi pasión desbocada por la música basura, completamente “uncool”, abrazándola sin complejos y sin ningún tipo de patina sarcástica o irónica. Desde el Emo flequillero adolescente (Pierce the Veil, Panic at The Disco, Paramore...) hasta el R´n´b más pastelón (Brandy, Aaliyah...) pasando por todo tipo de artistas que seguramente te parecerán infumables (Justin Bieber, Bruno Mars, Taylor Swift, Ke$ha,etc..).

A veces, como cualquier adicto, me doy cuenta de que la cosa se esta yendo de madre, y me siento como el yonki recogiendo colillas de las papeleras. O el borracho que va rebañando latas por la calle un domingo por la mañana, a la búsqueda casi siempre infructuosa de esa pequeña mierda que le mantenga en el filo, que te ayude a continuar la caída hasta lo más bajo. Así es como me siento cuando llevo una hora escuchando la lista de éxitos de cualquier emisora comercial, tragando morralla insufrible, a la espera de esa canción que quien sabe porqué motivo me gusta. (En el momento que escribi esto mis colillas o latas calientes musicales eran Taylor Swift, “We´re never ever getting back together” y Justin Bieber,Beauty and the beat”.)

Me refiero a estas canciones de una manera bastante exagerada comparándome con el yonki, el borracho o el Michael Douglas adicto al sexo, más que nada por la opinión general acerca de este tipo de canciones, refiriéndose a ellas como basura de usar y tirar, especialmente en ciertos círculos y escenas “alternativas”. Pero la verdad es que a nivel personal no me supone ningún problema, me dejo llevar por lo que me gusta sin complejos, prejuicios o ataduras. Mi vida esta tan llena de reglas y leyes que debo cumplir para seguir en este lado de la sociedad, en el lado sano, estable, formal, amable, blanco y heterosexual, que porque voy a ponerme trabas a mi mismo en uno de los pocos aspectos que esta sociedad nos deja ser libres. ¿No?

Porque, puestos a elegir que prefiero escuchar, en la burbuja digital esta, en la que todos somos especiales, únicos en nuestros gustos, cuando realmente es todo lo mismo; música es música, tan simple como eso. ¿Que eliges? Saber que esa canción estúpida que sin embargo te gusta, la escucha también el gordinflón con granos que te cruzas todas las mañanas, la vecina del quinto, el albañil del andamio en la radio y la abuela en el coche camino al super. O tal vez prefieres pensar que tus gustos son superiores a todo eso. Quizá seas de los que tus gustos son exquisitos, que solo gente como tu, blanca, de clase media como el 'hipster' de gorro de lana en verano o la chica 'vintage' con gafas falsas pueden entender o compartir. Pues nada, disfruta en tu burbuja pero vamos, si todavía no te ha quedado claro, aquí te dejo con una cita del dramaturgo inglés Dennis Potter, que si lo tenia muy, muy claro y lo expresa infinitamente mejor que yo: 

 “Cuando la gente dice: `Escucha! Están poniendo nuestra canción´ ellos no quieren decir: `Oh nuestra canción, este pequeño pedazo de basura, barata, brillante y sincopada, es lo que sentimos cuando nos conocimos.´ Lo que están diciendo es: `Esa canción me recuerda la tremenda emoción que sentí cuando te conocí´(...) Incluso las canciones más cutres están conectadas directamente con los Salmos de David. Lo que esas canciones dicen es:`Escucha, el mundo no es siempre así, el mundo es algo mejor que todo esto, hay amor en el, estamos tu yo en el, el sol brilla aquí.´ La llamada gente estúpida, la gente simple, la gente sin estudios, tiene una dimensión en sus sentimientos, tan autentica y profunda como la gente con mejor educación del mundo. Y cualquiera que diga algo diferente es un fascista.”